jueves, 3 de junio de 2010

La odisea de la puerta


Mi primer post en este mi humilde blog está dedicado a la Odisea de La Puerta.... Esta historia comienza un buen día, en el que un ladrón sin oficio decidió intentar meterse a mi casa, para lograr su cometido este amigo de lo ajeno rompió mi bella y sencilla puerta, no les miento señores, el muchachito le abrió un boquete del tamaño de mi cabeza....
Por pura suerte y azar no logró meterse, pero les aseguro que casi me dio un soponcio por culpa del dichoso hueco....
Al día siguiente, comencé a buscar un carpintero para que me arreglara la fulana puerta, pero conseguir uno se me hizo más difícil que matar un burro a pellizcos. Al final me tocó ir a un conocido local margariteño que vende todo lo que te puedas imaginar en artículos de construcción, ferretería, entre otros. Yo siempre me he considerado una mujer resteada, echada pa' lante, en fin una mujer Venezolana, y siempre he pensado que todo lo que los hombres hacen, las mujeres lo podemos hacer y hasta nos queda más bonito, pues ese día me dieron una cachetada y bien dura..... Nunca en mi vida me había sentido tan bruta e ignorante, no tenía ni idea de lo que era un fulano "para bicho" o cual era la mejor cerradura y para completar me tocó lidiar con el personal de la tienda que sinceramente no conocen el significado de "atención al cliente".
Después de estar casi 3 HORAS en el local, logré comprar todo lo que necesitaba, incluyendo una puerta de madera. Los que me conocen saben que tengo el carro de LOLA (un ratico a pie y otro echandole....), así que ahora me tocaba buscar una camioneta para trasladar la dichosa puerta. A la salida del conocido establecimiento conseguí un grupo de señores que gustosamente prestan el servicio, siempre y cuando les hagas una donación significativa, yo gustosamente la realicé. El viaje en camión fue genial y sumamente divertido, en particular porque el chófer hablaba margariteño y yo necesitaba subtitulos o traducción simultánea para comprender la mitad...
Ya en mi casa con todos los materiales para mi nueva puerta, llamo al carpintero que me había recomendado un conocido y me sale un mensaje muy alentador "El número al que usted ha llamado...." casi lloro cuando escuché que el teléfono estaba desconectado, yo no aguantaba seguir viendo el boquete en mi humilde puerta y cada vez que llamaba a otro carpintero referido por amigos, familiares, conocidos, todos tenían diez mil excusas y simplemente no venían.
Por fin un alma caritativa se apiadó de mi y me refirió un carpintero que me atendió el teléfono y que podía hacerme el trabajo, de pana y todo que no me lo creía... Y cuando el hombre llegó a la casa el día acordado y puntual, sinceramente pensé que La Virgencita del Valle era la responsable de tal milagro.
Luego de una hora y cuarenta y cinco minutos, el "Héroe Carpintero", terminó de montar la puerta... No les puedo expresar mi alegría y mi felicidad cada vez que la veo, para mi "Es la puerta mas boniiiiiiiiiiiiiiita que he cosechado"